Esta
carta la escribí en algún momento, donde no conseguía mis medicinas para mis
tratamientos oncológicos y mi rostro salió en múltiples medios de comunicación nacional
y extranjeros pidiendo apoyo, actualmente gracias a Dios la leo en algunas de
mis conferencias, ante un público que llora de emoción e identidad ante la
historia.
He decidido
compartirla con ustedes mis lectores, con algunas fotos mías que espero
ilustren el amor que siento por mi país.
Carta a
Venezuela
Es
la primera vez que te escribo de esta manera tan formal, no soy escritora ni
especialista en letras, sin embargo llegó el momento de agradecerte por tanto
que he recibido de Dios de ti y de la vida. Hace 39 años nací en Caracas y he
vivido diversos momentos de la historia venezolana.
Me
he alejado de las personas tóxicas o “quejómetros” (como yo les llamo) y es que
en cada esquina, en cada red social que leo, en el banco, en la clínica y hasta
en las iglesias, te consigues a un ejemplar, siempre están intentando
contagiarte con su pesimismo y hablando
mal de ti.
Quisiera
contarte también que le doy gracias a Dios porque fui diagnosticada de cáncer de mama aquí, justo hace año y medio, en
mi casa, con mi gente y con médicos maravillosos venezolanos, estar con el olor
de la comida de tu mamá, la compañía de tus seres amados, poder visitar el
Parque del Este o el Topotepuy, y ver todos los días el Ávila desde la casa me hace
estar agradecida…el cáncer me hizo despertar, cuando se menciona esa enfermedad
se asocia con muerte, dolor y dependencia pero simplemente decidí fluir, viviendo
un día a la vez, consciente de mi propia existencia, el cáncer quizá haya
cambiado mi look pero no me cambió las ganas de estar, de ser y de hacer. Ojalá
puedan leer estar carta todos aquellos que están sanos y que malgastan sus
células en tonterías, buscando confrontación, crítica, queja y autodestrucción.
Y es que la vida, mi Venezuela, comienza desde el momento que somos concebidos,
no desde el momento que te dan un diagnóstico como dice una gran amiga, por
ello agradezco infinitamente cada día, cada momento, cada rayo de sol, cada te
quiero y cada abrazo. Entiendo ahora que las palabras tienen poder y los
pensamientos pueden llevarte a sanar si así lo deseas, es por ello que en mi
vida actual a pesar de haber recibido un fuerte tratamiento de quimioterapias, radioterapias,
hormonoterapias y una mastectomía parcial, me considero una persona muy optimista
y feliz.
Venezuela quiero decirte que amo tu clima, tu
idiosincrasia, tus comidas, el humor que nos caracteriza, compartir con “los
panas”, los juegos de béisbol y de futbol, hacer yoga en el parque y ni hablar
de lo que amo la navidad venezolana, con las costumbres y la alegría que viene
impregnada en ella, adicionalmente de todo lo que he podido ver creo que tus
paisajes sin temor a equivocarme, son un paraíso en la tierra. Venezuela para
mi eres una mujer guerrera así como las miles de mujeres hermosas de este país,
que adicionalmente luchamos por vivir, quiero que no te canses, que seas
siempre feliz, amada y respetada. A pesar de la crisis o de los problemas que
tenemos, somos el mejor país del mundo y si tuviera que volver a nacer, pediría
ser venezolana, tengo una fe
profunda de que pronto sanarás igual que yo, que todos los venezolanos
estaremos unidos por el trabajo honesto, la educación y el respeto.
Y
es que “llevo tu luz y tu aroma en mi piel” y “yo nací en esta ribera del Arauca
vibrador”…
Aunque
me vaya de ti...volveré!
Te
amo, lo siento, perdón y gracias!
Yasmari
Bello
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